Columna y Yôga

¿Quién no tiene algún problema de columna? Casi todo el mundo lo tiene. El motivo es la vida sedentaria que se lleva hoy en día, aliada a las sillas y sillones de las residencias, oficinas, automóviles y cines, totalmente mal proyectados. A eso se suma el hábito de sentarse mal, con la columna torcida, y de estar de pie con mala postura; pararse en una pierna sola, siempre la misma; dormir en una sola posición; cargar bolsos, portafolios o paquetes siempre de un mismo lado; levantar peso con la columna mal colocada; dormir en camas muy blandas o con almohadas muy altas, etc.

Pero de todas las causas, la principal es la falta de ejercicio moderado, ya que el ejercicio violento hace más mal que bien a la columna. Tomemos como ejemplo el cooper/jogging. A cada paso se produce un pequeño trauma sobre las vértebras, el cual, repetido, puede causar problemas en algunas personas que ya no tengan la columna en perfecto estado.

El Yôga ha producido óptimos resultados para problemas de columna, tales como lordosis, cifosis y escoliosis. Para el pico de loro, hernia de disco y otros más graves, el Yôga actúa como profilaxis, o bien cuando ya está desarrollado ayuda a atenuar los dolores, siempre que se practique bajo estricta orientación del fisiatra u ortopedista.

Por otro lado, hay toda una legión de personas que padece dolores crónicos en la espalda, molestia que no tiene nada que ver con la columna propiamente dicha. Son dolores musculares, fácilmente eliminables con las flexiones, extensiones, torsiones y tracciones proporcionadas por los ejercicios de Yôga, siempre biológicos.

Además están también las relajaciones, que ayudan a eliminar las tensiones musculares, sea que provengan de mala postura, cansancio físico o stress. Si usted quiere probar los efectos en su propia casa, realice los ejercicios indicados en esta obra. Constatará que, aun practicando a partir de un libro, la tendencia es el alivio inmediato de los dolores de espalda, a menos que tenga algún problema que exija los cuidados de un médico. De cualquier forma, la práctica con un instructor formado es lo más aconsejable, pues él dispone de un buen arsenal de técnicas que aplicará de acuerdo con la necesidad del alumno.

Si bien la práctica no tiene ese foco, este es un efecto benéfico que trae la practica de Yôga para un practicante.

Recordá que impartimos clases de Yôga en Palermo desde 2005. Si tenés ganas de probar online o presencial podés escribirnos y combinar.

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