El TANTRA

texto extraído del libro Cuando es Preciso Ser Fuerte, DeRose

Olvide lo que leyó en diarios o revistas, lo que vio en cine y televisión. Limpie su mente de apelaciones y sensacionalismos de mal gusto. Tantra no es nada de aquello. Tantra es una filosofía comportamental, de estructura matriarcal. Por eso es tan incomprendida, pues vivimos en una sociedad patriarcal.

El término tantra significa: regulado por una regla general; el encordado de un instrumento musical; tejido o tela, o la trama del tejido. Otra traducción es “aquello que esparce el conocimiento”. O incluso, según Sivánanda, explica (tanoti) el conocimiento relativo a tattwa y mantra, por eso se llama Tantra.

Tantra es el nombre de los antiguos textos de transmisión oral (parampará) del período preclásico de la India, por lo tanto, de hace más de 5.000 años. Más tarde algunos de esos textos fueron escritos y se tornaron libros o escrituras secretas del hinduismo. Secretas porque eran de tendencia matriarcal, orientación que fue violentamente reprimida después de la llegada de los arios, más o menos por el 1500 a.C. En aquella lejana época de origen del Tantra, alrededor de 3000 a.C., la India estaba habitada por el pueblo drávida, cuya sociedad y cultura eran matriarcales, sensoriales y desrepresoras . Por eso se dice que eran un pueblo tántrico, o shakta, ya que esta filosofía se caracteriza principalmente por esas tres cualidades. Además, eso es una noción ampliamente divulgada en la literatura seria y universalmente aceptada por los eruditos.

El Tantra, el Sámkhya y el Yôga son tres de las más antiguas filosofías de la India y sus orígenes se remontan a la India protohistórica, al período dravídico, a la Civilización del Valle del Indo35. Tal vez por eso esas tres tengan más afinidades entre sí que cada una de ellas con cualquier otra filosofía surgida posteriormente. Este dato es de fundamental importancia en la milenaria discusión: ¿el Yôga más auténtico es de tendencia Sámkhya o Vêdánta? ¿Tantra o Brahmáchárya?

La línea brahmáchárya es patriarcal, antisensorial y represora. Por lo tanto, diametralmente contraria a la línea tántrica, que es matriarcal, sensorial y desrepresora.

¿De dónde surgieron esas características? La mayor parte de las sociedades primitivas no guerreras las tenían. Toda sociedad en la cual la cultura no estaba centrada en la guerra, valorizaba a la mujer e incluso la divinizaba, pues ella era capaz de un milagro que el hombre no comprendía ni lograba reproducir: daba la vida a otros seres humanos. Generaba al propio hombre a su imagen y semejanza. Lo alimentaba con su seno. Por eso era adorada como encarnación de la divinidad misma. Y más: a través de los procedimientos shaktas, era la mujer quien despertaba el poder interno del hombre. Aún hoy ella es reverenciada así en la línea tántrica.

De ahí la cualidad matriarcal. De esta se desdoblan las otras dos características. La madre da a luz por su vientre; eso es sensorial. Alimenta al hijo con su seno; eso es sensorial también. No podría estar contra la valorización del cuerpo, no podría ser antisensorial como los brahmácháryas. La madre es siempre más cariñosa y liberal que el padre, incluso por el hecho de que el hijo nació del cuerpo de ella y no del de él. Y también porque es propio de la naturaleza del macho ser más agresivo y menos sensible. Puede ser que ese comportamiento tenga mucha influencia cultural, pero está reforzado, sin duda, por componentes biológicos. Por todo eso e incluso como consecuencia de la sensorialidad, se desdobla la cualidad desrepresora del Tantra.

Así era el pueblo drávida, que vivía antiguamente en el Valle del Indo. Así era el Tantra que nació de ese pueblo y así era el Yôga que existía en aquella época: un Yôga tántrico.

Cuando los arios invadieron la India hace 3.500 años, esclavizaron a los drávidas y les impusieron la cultura brahmáchárya (patriarcal, antisensorial y represora) prohibiéndoles, por lo tanto, ejercer la cultura tántrica (matriarcal, sensorial y desrepresora), por ser opuesta al régimen vigente. Quien practicara el Tantra y reverenciara a la mujer o a divinidades femeninas, sería acusado de subversión y traición. Como tal, sería perseguido, apresado y torturado hasta la muerte.

De esa forma, con su prohibición por razones culturales, raciales y políticas, el Tantra pasó a ser una tradición secreta. Continúa siéndolo hasta hoy, pues seguimos viviendo en un mundo marcadamente brahmáchárya, no sólo en la India, sino en la mayor parte de las naciones. Es por eso que hasta nuestros días los estudiosos de línea tántrica son agredidos e insultados.

Mencionamos razones raciales porque, al invadir la India, los arios eran rubios (como aún lo eran los arios que Hitler lideró en su campaña de conquistas militares, en pleno siglo XX; por eso su símbolo era la cruz swástika, antiguo símbolo hindú), en tanto que los drávidas tenían piel oscura y cabello negro.

EL MECANISMO BIOLÓGICO DEL TANTRA
Los antiguos habían descubierto que, para la naturaleza, el individuo es un factor descartable, pero la especie no. Esta debe ser preservada a cualquier costo. La naturaleza es capaz de eliminar sumariamente millones de individuos si eso es útil para la especie. Las sociedades de insectos nos aportan buenos ejemplos de esto, cuando millones de hormigas o de abejas se sacrifican voluntariamente por el bien del hormiguero o de la colmena. En realidad, el ser humano no está muy distante de ese comportamiento. Basta recordar nuestra historia de guerras tribales, después entre naciones y ahora, abarcando prácticamente todo el planeta.

¿Qué utilidad hay en saber que la naturaleza descarta al individuo, pero lucha para preservar las especies? Desde la óptica de la ley natural, cuando un individuo se reproduce, ya cumplió su obligación para con la especie. Y enseguida su organismo entrará en un proceso más acelerado de decadencia en dirección a la muerte. Sin embargo, si aprende a canalizar sus energías, creará artificialmente un estado de permanente disponibilidad para la reproducción. Como la naturaleza preserva al reproductor porque es muy útil para la especie, ese individuo estará protegido contra enfermedades, envejecimiento e incluso accidentes, pues se mantiene con más reflejos y más inclinación a Eros que a Tánatos. Esos dos impulsos, el de vida y el de muerte, están en constante oposición en los seres humanos.

Cuando el impulso de Eros actúa más, la persona manifiesta mejor disposición para la vida y mayor vitalidad. Por lo tanto, disfruta de más salud, menos enfermedades y depresión. Por eso, también presenta menor propensión a accidentes. Muchas veces, estos no pasan de ser tentativas inconscientes de suicidio.

De hecho, en todo el reino animal, cuando los individuos están aptos para la reproducción, cuando se encuentran bien abastecidos de hormonas sexuales, el impulso de Eros los torna exuberantes y mucho más fuertes. Eso también podría explicar el efecto semejante que tiene la adopción de los preceptos shaktas sobre sus practicantes. Para terminar, conviene informar al lector que Yôga y Tantra no son la misma cosa, son sistemas muy diferentes. Pero el Yôga original, luego el más auténtico, era comportamentalmente tántrico, ya que el brahmáchárya sólo sería introducido milenios más tarde.

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