Yôga en las empresas

En los cargos de decisión y comando, el Yôga, al controlar el stress, redujo los índices de agotamiento, cansancio, úlceras, gastritis, presión alta, infarto, jaqueca e insomnio. En el personal de oficina, al combatir el sedentarismo, eliminó dolores de espalda, corrigió algunos problemas de columna, hemorroides, somnolencia después del almuerzo e irritabilidad que complicaba las relaciones humanas entre los funcionarios y dificultaba el funcionamiento de la máquina administrativa. Entre los obreros, aumentó la productividad en cerca de un 30%, pues oxigenó sus cerebros y les proporcionó más concentración, lo que redujo los errores operacionales y los accidentes casi a cero. En todos los niveles se observó una reducción considerable en el ausentismo por motivos de salud. Sólo de gripes, por ejemplo, las ausencias cayeron a menos de la mitad.

En conjunto, las técnicas preconizadas por el Yôga aumentan la calidad y la expectativa de vida, proporcionando un notable rejuvenecimiento por aumento de vitalidad, energía sexual y salud generalizada. Constituye el recurso más biológico creado por el ser humano.

Bien, hay muchos efectos, pero vamos a dejar aquí para no despertar un exceso de atención del lector hacia los efectos, ya que no es ésa la tónica que queremos enfatizar.

Recordá que impartimos clases de Yôga en Palermo desde 2005. Si tenés ganas de probar online o presencial podés escribirnos y combinar.

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