Pránáyáma

texto extraído del libro Yôga Avanzado, de DeRose

Los Pránáyámas son respiratorios que bombean el prána para que circule por las nádís y vitalice todo el organismo. Y también a fin de distribuirlo entre los miles de chakras que tenemos esparcidos por todo el cuerpo. Bombear esa energía por conductos obstruidos a causa de los detritos provenientes de malos hábitos alimentarios, secreciones internas mal eliminadas y emociones intoxicantes, puede resultar inocuo o incluso perjudicial. Por eso, antes del pránáyáma, procedemos a la limpieza de los canales, en el área energética.

Prána significa bioenergía; ayáma, expansión, anchura, intensidad, elevación. Pránáyáma designa los ejercicios, casi siempre respirato-rios, que conducen a la intensificación o expansión del prána en el organismo.

Prána es el nombre genérico con el cual el Yôga designa cualquier tipo de energía manifestada biológicamente. En principio, prána es energía de origen solar, pero puede manifestarse después de la metabolización, o sea indirectamente, siendo entonces absorbida del aire, del agua o de los alimentos. El prána genérico se divide en cinco pránas, que son: prána, apána, udána, samána y vyána. Éstos se subdividen en varios subpránas. El prána es visible. En un día de sol, haga pránáyáma y fije la mirada en el vacío azul del cielo. Aguarde. En cuanto el aparato de la visión se acomode, comenzará a distinguir miríadas de minúsculos puntos brillantes increíblemente dinámicos, que centellean describiendo rápidos movimientos circulares y sinuosos. Al ejecutar sus respiratorios, mentalice que está absorbiendo esa imagen de energía.

Los ásanas ideales para la ejecución de respiratorios son los de posición sentada, con la espalda naturalmente erecta, de la categoría denominada dhyánásana, justamente por ser también los mejores para la obtención de dhyána (meditación).

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